La clave es acoger a todos como hermanos

Resultado de imagen de caridad cristiana

Jesús se interna en la vida social, trata con todo el mundo, incluidos los que se encuentran más lejanos de su persona, de sus valores, de sus actitudes, de su doctrina. No importa. Va a casa de uno de los principales fariseos, que le ha invitado a comer. Y aprovecha la ocasión para iluminar la estancia: primero, con su acción sanadora, curando a un hombre enfermo, y a continuación, con la luz de sus enseñanzas. Hacer el bien a los demás no tiene un horario, ni queda excluido de nuestros horarios. Siempre hemos de estar dispuestos a ayudar, a enseñar, a iluminar mentes y a entusiasmar corazones. Una preciosa lección que hemos de aprender en esta hora: no excluir ni alejarnos de los que no piensan como nosotros. Todo lo contrario: buscarles, tratar con ellos, abrirles las puertas de nuestro corazón, iluminarles y, si hiciera falta, curar siempre sus heridas.

Email this page

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *