VI SEMANA DE PASCUA
SÁBADO
Jesús nunca nos deja solos, nunca nos deja huérfanos y por si fuera poco, en cada eucaristía nos lo vuelve a recordar y nos ofrece su presencia amorosa, regalándonos su cuerpo entregado y su sangre derramada. Sus palabras nos llegan: “nadie os quitará vuestra alegría”.
“¡Enséñame a tratar a tu Hijo!”
Si no tratas a Cristo en la oración y en el Pan, ¿cómo le vas a dar a conocer? (Camino, 105)
Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio.