Durante el Sábado Santo la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su Pasión y Muerte, su descenso a los infiernos, y se abstiene absoluta-mente del sacrificio de la Misa, quedando desnudo el altar hasta que, después de la solemne Vigilia o expectación nocturna de la Resurrección, se inauguren los gozos de la Pascua, con cuya exuberancia iniciarán los cincuenta días pascuales
Reflexión para meditar el Sábado Santo.
Sábado santo, día de silencio y de conversión
La soledad de María
Tristeza de la Madre que siente a su Hijo muerto. Hoy, como entonces, la Virgen sufre por cada hijo que se pierde o se acerca a una muerte sin sentido y sale a su encuentro. Y, corredentora, vierte sus lágrimas hechas de oración poderosa. Y así, arrancar de la muerte a tanto hombre y mujer de nuestro tiempo.
20:00 h
SOLEMNE VIGILIA
PASCUAL